La Generalitat reordena el mapa de la innovación en Catalunya

Huguet quiere reducir centros y concentrar esfuerzos en unas áreas concretas | En Catalunya hay más de 40 centros de I+D, demasiado para la dimensión del país | Huguet: «No es bueno confundir la política tecnológica con la urbanística»

El Departament d’Innovació Universitats i Empresa, que dirige Josep Huguet, ha iniciado la reordenación del mapa de la innovación en Catalunya, en el que operan ahora mismo más de 40 centros de investigación y una decena de centros tecnológicos, una cifra que los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) consideran excesiva para el entorno industrial y económico catalán. El objetivo de esta reordenación es avanzar hacia su concentración, incrementar la rentabilidad de los fondos que se dedican a innovación y hacer más efectivos los esfuerzos para la captación de inversiones exteriores hacia los sectores considerados. Según Huguet, «lo importante es tener un marco general, catalán, de referencia».

Del producto al proceso

Los técnicos del departamento que dirige Huguet han seleccionado veinte ítems (véase el cuadro de abajo) en torno a los cuales reorientar la actividad de investigación e innovación en Catalunya. Si antes las áreas de interés se definían por el producto final, ahora son los procesos los que mandan, según las recomendaciones formuladas por la OCDE. En este contexto, se han definido las áreas prioridades en función de las oportunidades o de los retos que estas comportan para la economía catalana.

Así aparecen de manera destacada ítems como la cultura y las industrias creativas (donde Barcelona ha sido siempre una ciudad de referencia), los flujos (donde operan firmas muy diversas, de Abertis a Moventia) o el agua (en este caso, su valor estratégico responde tanto al número de empresas como a la carencia de este elemento).

Una de las explicaciones de la proliferación de este tipo de parques tecnológicos, ahora mismo, es la delicada situación de las arcas municipales y el afán de liderazgo en este campo por parte de los municipios. Es en torno a los grandes centros comerciales o a los parques tecnológicosouniversitarios donde un ayuntamiento puede hoy aspirar a emprender un desarrollo urbanístico de una relativa magnitud. En unos momentos como los actuales, de atonía en el sector inmobiliario, las licencias comerciales y las implantaciones tecnológicas o universitarias se han convertido en un atractivo para los ayuntamientos. «Es comprensible –comenta Huguet–. Pero no es bueno confundir la política tecnológica con la política urbanística. Lo lógico es que las plusvalías de estas implantaciones vayan a todos los actores del proceso. No sólo a unos cuantos». En este contexto, el departamento ha establecido siete grandes núcleos territoriales (véase la pieza adjunta). Es hacia esas áreas que se canalizarán la mayor parte de los recursos de la administración. «Será en esas zonas donde se harán las reservas de suelo necesarias para empresas y servicios», añade Huguet. Y serán esos núcleos geográficos los que recibirán una mayor atención de la administración para su promoción exterior y que puedan atraer inversiones. «Vamos a rediseñar algunas delegaciones de Acc10 en el exterior para gestionar alianzas científico-tecnológicas», explica el conseller. Las delegaciones que serán transformadas son California, Singapur, TokioyLondres, allí donde se genera, ahora mismo, importante conocimiento científico-técnico.

«Catalunya tiene buena imagen en el exterior, pero nuestras empresas tienen que salir todavía más, sobre todo en el sector servicios», continúa Huguet, para quien el país ha demostrado su capacidad para avanzar en el campo de la innovación. «Hemos avanzado a pesar de la actual situación de crisis. Esto nos hace estar esperanzados». Catalunya ha captado el 70% de los fondos Euringenio,ynueve de los 18 programas Cenit tienen presencia catalana destacada. Se ha creado el Consell Català de la Recerca i la Innovació para asesorar al Govern y se creará la Agència de la Recerca. En porcentaje sobre PIB, Catalunya ha pasado del 1,46% del 2007 al 1,61% en el 2008, lo que al parecer de los técnicos de este departamento la coloca como quinta región mundial en conocimiento. «Todo ello apesar del actual contexto».

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Feria de Ciencia y Tecnología

El papel de la ciencia y la tecnología en el desarrollo de los países es clave como apoyo al bienestar social; ellas son fuentes de trabajo, elementos productivos y generadoras de ingresos.

Producir conocimiento es complejo. Para hacerlo se debe encontrar, primero, el nivel de desarrollo de la ciencia en la que se incursiona; luego, alcanzar el “top del saber” con el estudio intenso y la lectura de fuentes de información actualizadas. Con el panorama completo de la ciencia escogida, el investigador podrá hacerse una pregunta sobre un problema particular y plantear una hipótesis. A través de un diseño experimental adecuado, con la metodología rigurosa para comprobar o no la hipótesis, y tras la proyección de los resultados, se podrá recién, concluir y construir conocimientos.

Una investigación se valida en el mundo científico sólo por una vía: su publicación. Conocimiento que no sea publicable, sujetándose a rigurosas evaluaciones y discusiones de réferis expertos, lo más probable es que no sea un conocimiento nuevo. Las publicaciones de este tipo se hacen en “journals” especializados, validados e indexados en una red internacional de revistas científicas; el Ecuador aún no tiene revista indexada alguna.

En Biomedicina se producen 1 millón de artículos científicos indexados al año. Sólo un 5% de los conocimientos publicados son originales; el resto son estudios comprobatorios de conocimientos y adaptaciones con repercusión regional. Suele pensarse que estos conocimientos son exclusivos y comprensibles únicamente por expertos. Pero un conocimiento, por complejo que sea, debe ser trasladado a la sociedad común, debe ser difundido.

Debemos tener conciencia de que estamos rodeados de ciencia y tecnología, que nuestra vida moderna se fundamenta en conocimientos científicos. Incluso aquello que pudiera parecer simple y banal, está respaldado por investigaciones y conocimientos compartidos. Desde ropa, electricidad, electrodomésticos, computadoras, celulares, medicamentos, vacunas, hasta viajes espaciales, el genoma humano, la clonación, las células madre, el aprovechamiento de recursos hídricos, la selección de alimentos. Nos conmocionamos con la ciencia cuando es controversial: la teoría de la evolución, la energía atómica, el desarrollo de armas sofisticadas o el calentamiento global y el cambio climático.

En el afán de difundir el conocimiento científico y desarrollo tecnológico producidos desde el Ecuador, la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología llevó adelante en Quito la Feria de Ciencia y Tecnología 2009 (diciembre 11-13). Se mostraron 69 proyectos de investigación, innovación y transferencia tecnológica, en áreas como información y comunicación, fomento agropecuario, recursos naturales, ciencias de la vida, medio ambiente y energía. Fue grato ver y discutir la serie de interesantes y nuevos aportes nacionales y algunos de carácter internacional de los científicos ecuatorianos. Enhorabuena por este esfuerzo intelectual. Al constatarlo resurgen las esperanzas de un país mejor, con más bienestar, desarrollándose, libre e independiente científica y tecnológicamente.

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Inversión en ciencia

Durante la XIX Cumbre Iberoamericana celebrada en Portugal el pasado 1 de diciembre, los representantes de las 22 naciones expusieron, entre otras cosas, que los países en vías de desarrollo invierten más dinero en armamento que en programas de ciencia, investigación y desarrollo. Para revertir esta situación, se recomendó centrar las políticas gubernamentales para apoyo a la ciencia, en cuatro áreas: nanotecnología, tecnologías de la información, energía y biotecnología (esta última de mi especial interés porque es la aplicación de la genética a la producción).

La inversión en ciencia guarda estrecha relación con el desarrollo de un país. El Ecuador destina el 0,01% de su PIB, Cuba el 1,26, Costa Rica 1,25, Brasil 0,6, Bolivia 0,37, México 0,1; mientras Japón invierte 3,15%, Alemania 2,49% y EE.UU. 2,68%. En una anecdótica entrevista, el líder del gobierno coreano, respondió avergonzado y pidiendo disculpas por invertir solo un 3,5% de su PIB en ciencia y tecnología.

El presidente Rafael Correa planteó que la producción del conocimiento no debe ser para el lucro sino para conseguir un mundo más humano y dijo: “desde Ecuador sostenemos que el conocimiento debe ser un bien público mundial”, y afirmó que el aporte a la ciencia siempre ha sido postergado por los gobiernos.
Debemos aplaudir, entonces, si como se ofrece, se subirá de 30 millones de dólares a 180 millones la inversión en ciencia en el país. Quizá esto contribuya a cambiar que la producción científica en biomedicina por ecuatorianos no sea tan ínfima: apenas 360 trabajos desde 1985. Son más los autores extranjeros con trabajos científicos sobre el Ecuador, unos 3.800 en el mismo tiempo. Nuestra cifra contrasta con la producción mundial anual de más de medio millón de trabajos científicos.

Dos temas son claves para el desarrollo científico: primero, establecer alianzas entre los sectores público y privado. En la Unión Europea y Estados Unidos esta alianza genera el 60% del conocimiento, mientras en América Latina tan solo el 25%. El segundo, formar investigadores. Según la UNESCO, en cinco años se incrementó considerablemente el número de científicos, pasando de 5,8 a 7,1 millones; este aumento benefició, en primer lugar, a los países en desarrollo, donde se contabilizaron 2,7 millones de investigadores. En el 2002, estos países contaban con el 30,3% de los investigadores del mundo, mientras hoy representan el 38,4% del total mundial. Investigadoras mujeres son tan solo un 18%.

Mucho hay que caminar para ser generadores importantes de conocimiento. Al parecer, en el país se están dando pasos certeros. El SENACYT ha becado a 400 estudiantes para realizar postgrados en investigación y apoya 58 proyectos científicos. Ahora se deben contemplar programas de reinserción de investigadores, pagos decentes, equipamiento moderno y evaluaciones periódicas de la actividad científica.

Entender la relación entre inversión en ciencia y desarrollo es vital para el avance de los países y para disminuir la brecha entre sociedades desarrolladas y en vías de desarrollo. Asegurar la producción propia de conocimientos nos permitirá liberarnos de la dependencia científica-tecnológica.

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